
Actualmente tengo la fortuna de ser docente en un par de instituciones privadas, en el nivel de licenciatura, una de las materias que tengo a mi cargo es “Mercadotecnia de las Instituciones No Lucrativas”. Antes de empezar el cuatrimestre, cuando me entregaron la carga, me dispuse a hacer la investigación correspondiente con la finalidad de ampliar y actualizar la información que yo tenía registrada, fue entonces cuando me topé con una situación que hasta el día de hoy me ha dejado pensando y es que en México existen muy pocas Organizaciones No Lucrativas (ONL), quizás si les planteo eso, no se verá como un gran problema, pero vayamos analizando punto por punto para llegar al que según mi opinión es un problema fundamental.
Comencemos entonces con que en nuestro país hay solo unas cuantas ONL y que las existentes no tienen el impacto necesario, que de hecho según la Clasificación Internacional de las Organizaciones sin Fines de Lucro (ICNPO por sus siglas en inglés) todas las actividades en las que pueden entrar son parte de los programas sociales que maneja gobierno (federal, estatal, municipal), en un primer momento pensé: “está bien, es parte de sus obligaciones con la sociedad, por eso pagamos impuestos”, me quedé con esas ideas por un rato.

El problema en si, no es que sean pocas ONL, o qué todos esos programas sociales dependan de gobierno, el problema es la indiferencia que mostramos hacia nuestra sociedad, el hecho de que no nos importe, si no nos perjudica; no hemos entendido, que TODO nos afecta, de manera directa o indirecta, que día a día somos víctimas de nosotros mismos, que nuestro comportamiento genera repercusiones y que nuestro egoísmo y avaricia está acabándonos, pero lo más triste y frustrante es que no somos capaces de reconocerlo y por lo contrario estamos orgullosos de ser cada vez más una “sociedad” individualista.

Todos hemos escuchado o dicho en algún momento frases como “si lo hace fulanito, ¿por qué yo no?” ó “ese no es mi problema”, “mientras a mi no me toque, no hay lío”, “todo el mundo lo hace”, “que se encargue el gobierno” y un sinnúmero más, sentencias que finalmente reflejan nuestro verdadero pensar y sentir, el preocuparme y ocuparme solo de mi bienestar o de mis pocos allegados, claramente existirán excepciones, pero cada vez son menos los que se ponen “manos a la obra” es decir, quienes realmente actúan, lo que me lleva a otro sector que está muy en boga y que en realidad puede llegar a ser más perjudicial que benéfico: los activistas de sillón, que precisamente son los protagonistas del siguiente artículo.
Sería bueno recordar que es la indiferencia la que separa y divide a las personas, que solo recuperando esa empatía y solidaridad podremos hacer un cambio real, porque hoy más que nunca la frase “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados, sino la indiferencia de los buenos”, palabras del gran Martin Luther King, suenan tan actuales y resuenan con tanta fuerza.
Para terminar esta primer opinión, solo quiero dejarte una pregunta: realmente ¿cuál es tu causa?
LEM ELIZABETH MUÑOZ
SOÑADORA PACÍFICA Y ACTIVISTA EN CONSTRUCCIÓN.
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